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Esta curiosidad que os traemos al blog es uno de esos honores excéntricos de los españoles: los inventos a partir de un palo. Aunque pueda resultar sorprendente, existen varios objetos populares que, además de haber sido inventados por personas de este país, coinciden en la añadidura de un palo a otro objeto para otorgarle alguna utilidad y transformarlo en lo que hoy conocemos. Antes de avanzar en el desarrollo de los tres inventos que vamos a abordar, no podemos resultar reduccionistas ni quedarnos simplemente en la anécdota; nos referimos al hecho de que obviar que entre los inventos de creadores españoles se hayan interesantes objetos, como modelos iniciales de submarinos o prototipos de los futuros mandos de control remoto, resultaría caer en el equívoco de asumir que la única creatividad del país ibérico reside en la ecuación de añadir un palo a otro objeto.

No obstante, pese a lo absurda que pueda parecer tal ecuación, lo cierto es que ha dado grandes resultados. Empezaremos por el más lúdico y, por tanto, menos útil: el futbolín. Se trata de un error adjudicar su concepto original a los españoles, pues ya a finales del siglo XIX existía una patente alemana, pero sí es cierto que este modelo europeo, que ofrecía jugadores con las piernas unidas, no fue el que se expandió en España, que constaba de jugadores con piernas separadas y que, según parece, sí fue invento de un español, concretamente del gallego Alexandre Campos Ramírez (conocido también como Alejandro Finisterre).

Alejandro Campos Ramírez (fotografía extraída de www.juguetessomosnosotros.com)
La historia de este inventor, conocido también en el mundo de las letras como poeta y editor, contiene una serie de aventuras y anécdotas relacionadas con la Guerra Civil Española (1936-1939) y el exilio en Hispanoamérica. La idea de la creación del futbolín se debió precisamente a un accidente de guerra, por el cual acabó en un hospital de Valencia donde observó a otros niños malheridos que no podían jugar a su deporte favorito, el fútbol. Según contó el propio Alejandro, patentó su invento en Barcelona junto a un pasahojas de partituras que funcionaba mediante un pedal; sin embargo, perdió los papeles de esa patente en su viaje de exilio a través de los Pirineos. Años más tarde, perfeccionaría su modelo durante su estancia en Guatemala y, a su regreso a España, se asombraría del excelente triunfo del futbolín en el país, pese a que no se le reconocía el mérito de su invención debido a que los fabricantes valencianos lo habían promocionado como creación propia.

Alejándonos de esta disputa, lo cierto es que en España se originó uno de los modelos de futbolín que actualmente existen y cuyo tipo de juego se dispone con muñecos que imitan a jugadores de fútbol con las piernas abiertas y atravesados por un palo a través del cual son manejados por los usuarios del producto. Todo un entretenimiento que ha concentrado hasta competiciones propias, modernizándose con el paso de los años y con el avance de la tecnología.

Enric Bernat (fotografía extraída de www.elmundo.es)
También de carácter lúdico es el caramelo con palo, comercializado bajo la marca Chupa Chups, aunque su origen tiene un matiz de utilidad: evitar que niños y adultos se ensuciasen comiendo golosinas, principalmente caramelos, y, además, impedir que los primeros se atragantasen. No obstante, como ocurría con el futbolín, la ocurrencia de un caramelo con palo no es completamente originaria de España, sino que se supone que ha sido una idea recurrente a lo largo de la historia. El ejemplo lo tenemos en Estados Unidos, donde se debate la invención de las piruletas, conocidas también como lolly pop, por varias empresas. No obstante, en lo que sí innovó el catalán Enric Bernat fue en hacer el primer caramelo redondo con palo, además de hacerlo triunfar por todo el mundo. Aunque en origen la marca era Chups, su eslogan fue "Chupa un caramelo, chupa Chups", lo que conllevó la confusión de los ciudadanos con el nombre de la marca, que terminó convirtiéndose en su denominación final. 

Fue el primer caramelo con palo en viajar al espacio en 1995 y gozó de cierta popularidad, llegando a ser consumido por varios famosos. Como curiosidad artística, Salvador Dalí diseñó el cuarto logotipo de la empresa en 1969, en pleno proceso de expansión internacional, otorgándole la forma de flor que hoy todos reconocemos; además, este logotipo fue añadido en la parte superior del envoltorio, aumentando su visibilidad e identificación en lo que supuso un excelente proyecto de mercadotecnia.

Jalón Corominas (fotografía extraída de www.elmundo.es)
Por último, nos trasladamos al ámbito de la limpieza con uno de los inventos más útiles de este repaso: la fregona. Este utensilio tampoco está exento de la polémica de su creación, puesto que, como ocurría con los caramelos con palo, fueron varios los inventos similares que surgieron a lo largo de los siglos XIX y XX. No obstante, la justicia intervino y determinó que lo que hoy se conoce en España como fregona surge de la creación del ingeniero aeronáutico y militar Manuel Jalón Corominas, inventor además de la jeringuilla desechable.

Ambos inventos han sido de ayuda para la higiene y la salud de las personas. La fregona solucionó los problemas derivados de la limpieza manual que se hacía en los suelos y del daño que provocaban los productos químicos que se empleaban, sobre todo la lejía. No podemos olvidar mencionar, para acabar, que también el cubo con cono escurridor fue una introducción de Jalón al mundo de la limpieza española a partir de un invento precedente de Estados Unidos.


Como hemos podido observar, la tradicional inventiva española relacionada con la figura del palo tiene sus tres iconos en el futbolín, el Chupa Chups y la fregona, aunque ninguno de los tres objetos esté exento de algún precedente. Quizás en nuestros días aún falte algún objeto que se pueda mejorar añadiéndole un palo, pero este invento lo dejamos en manos de nuestros lectores y sus propuestas.

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