No es ningún secreto que España tiene al turismo como uno de sus principales potenciales económicos. El atractivo del país ibérico reside en su agradable clima y su situación privilegiada que combina multitud de posibilidades para disfrutar de unas vacaciones. Pero otro de sus potenciales reside en su historia y en sus artes. Quizás este último factor, combinado con el exotismo que otros europeos proyectaban a España, provocó la cantidad de viajeros románticos que visitaron estas tierras. Desde entonces, han sido muchos los que han trasladado al país a sus creaciones.
![]() |
La Alhambra de Granada (fotografía de Mariela Bustos Ortega) |
Podemos comenzar este recorrido por dos autores norteamericanos. El primero se encargó de escribir una obra que ha aumentado aún más el interés por uno de los monumentos más emblemáticos de España: la Alhambra de Granada. Se trata de Washington Irving, neoyorquino que residió durante varios años en el país, llegando a ser embajador de los Estados Unidos en Madrid durante mediados del siglo XIX. Aunque su cometido inicial fue estudiar diferentes documentos sobre el descubrimiento de América, cuestión que lo llevó a escribir un libro sobre Cristóbal Colón, su principal interés recayó después en las relaciones hispanoarábigas, principalmente en Granada. De ahí precisamente su obra Cuentos de la Alhambra (1832), que se ha convertido en uno de los mejores divulgadores de la fama de este monumento nazarí.
![]() |
Ernest Hemingway durante una corrida de toros |
El otro autor que se fijó en España fue Ernest Hemingway, que como corresponsal en el país cubrió la guerra civil y dio buena muestra de los sanfermines, festividad de Pamplona que deslumbró al escritor con sus famosas corridas. De ambas experiencias escribió Fiesta (1926), Muerte en la tarde (1932) y Por quién doblan las campanas (1940), que dieron fe del carácter diferente de los españoles que se ha perpetuado hasta nuestros días y del que hasta se mostró orgulloso el gobierno franquista al promocionarse con el eslogan "Spain is different!". El exotismo perpetuado que ha atraído a turistas ingleses y americanos por el carácter y las fiestas españolas.
Uno de los referentes de este carácter diferente fue la figura de don Quijote, el célebre personaje de Cervantes, cuya historia ha sido adaptada en numerosas ocasiones. Resulta curioso, en este sentido, que la primera producción cinematográfica que adaptara la novela cervantina fuera francesa y no española. El autor Dale Wasserman escogió al personaje para su libreto Man of La Mancha, que sería la base de un musical y posterior película, manipulando la historia para otorgarle una interpretación idealista que sirviera para la sociedad norteamericana. Aunque Don Quijote no ha sido la única obra española adaptada al cine por medios extranjeros, el Cantar del Mío Cid gozó de la dirección de Anthony Mann en el film de 1961, El Cid, curiosamente con producción italoestadounidense.
![]() |
Comparativa entre la imagen real y el dibujo japonés (extraído de www.fancueva.com) |
Alejándonos de la escena americana, nos dirigimos a Japón, un país que admira las costumbres españoles y al flamenco especialmente. El país nipón llegó a erigir un parque dedicado a España, algo alejado de los circuitos tradicionales del turismo, pero que sirve de ejemplo a esta situación. Por otra parte, la fijación de algunos artistas japoneses por el país hispano llevó a ilustrar la ciudad de Cuenca en la serie Sora no Woto, lo que se tradujo en un aumento de visitantes nipones a la mencionada localidad; a emplear palabras españolas en el manga Bleach o a crear una miniserie ambientada en la Vuelta ciclista a España bajo el título Nasu: Andalusia no Natsu, donde podemos contemplar un toro de Osborne dibujado por japoneses.
Los casos de Estados Unidos y Japón no son únicos, pero sirven para ejemplificar el interés que España ha suscitado en otros países, sirviendo de inspiración a sus creaciones, algunas de ellas realmente curiosas desde el punto de vista de los hispanos, quizás porque nos resulta extraño contemplar algo tan cotidiano en la admiración de los demás.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres compartir tu opinión con nosotros, ¡adelante! Pero siempre con respeto y sin ofensas.